En los secundarios se estudia y se piensa
Sociedad
Buscando su espacio en la
sociedad argentina actual, atravesada por una creciente politización,
los centros de estudiantiles de los principales colegios abren la boca
para contar cómo se organizan, qué los divide, qué los une y cuánto
tienen para dar.
Los
secundarios siguen movilizados. Atentos a la coyuntura, al desguace que
profundiza el gobierno de Mauricio Macri tanto en los edificios de las
escuelas como en los sueldos docentes y en la cantidad de cupos, los
estudiantes se mantienen en estado de alerta y movilización, cada cual
según su estrategia. Mientras sería fácil atacarlos por sus diferencias,
mejor es destacar que desde el Estudiantazo de agosto de 2010, cuando
durante un mes estuvieron tomadas hasta 40 escuelas, no dejan de
reunirse y hacer política para mejorar la calidad de la educación
pública.
Desde el punto de vista del Frente de
Estudiantes en Lucha, la militancia se multiplicó a partir del 2001.
Matías Mlotek, estudiante del Nacional de Buenos Aires, referente del
FEL y presidente de la Coordinadora Unificada de Estudiantes
Secundarios, se para: “La juventud que toma los colegios y corta las
calles es hija del Argentinazo, del movimiento piquetero y de la
bancarrota capitalista mundial. A partir del desarrollo del movimiento
piquetero, y luego de echar al gobierno de De La Rúa, se abrió una
enorme lucha política en el movimiento estudiantil universitario y
secundario gracias a la cual barrimos a la Franja Morada de los Centros
de Estudiantes, conquistamos la Federación Universitaria de Buenos Aires
para los luchadores y pusimos en pie la Coordinadora de Estudiantes
Secundarios CES primero, y la CUES después”.
Su corriente, dice Mlotek, “estuvo a la
cabeza del Estudiantazo de 2005 contra Ibarra, integró la lucha contra
Sanguinetti en 2006 en el Buenos Aires para eliminar la resolución que
prohibía tomar el colegio y echar al vicerrector derechista Siperman,
encabezó la enorme lucha por la democratización en 2007 del Pellegrini
para obtener el acta de compromiso a través de la cual se titularizaba a
los docentes, se pasaba a planta a los no docentes y se otorgaba la
gestión del bar a los estudiantes, dirigió la toma del Nacional de
Buenos Aires de 2008 gracias a la cual se formaron los Consejos
Resolutivos y las marchas de ese mismo año del movimiento secundario por
la calefacción; enfrentó la ofensiva de las camarillas en los
preuniversitarios y defendió la unidad del movimiento secundario en la
CUES en 2009”.
Según su movimiento, los intereses de la
Federación de Estudiantes Secundarios no son los reclamos
estudiantiles, “si no, evitar que las tomas de colegios y la lucha de
los secundarios pase a un nivel y denuncia nacional”. Leandro Ugo,
presidente del Centro de Estudiantes del ILSE, que integra la FES,
responde: “Creo que tomar los colegios antes de las elecciones del 10 de
julio no fue lo mejor que se podría haber hecho. Si se intentó
debilitar a Macri con las tomas, es claro que el objetivo no se logró.
Además, creo que las tomas no son un hecho menor y pueden ser de gran
utilidad, pero si no se sabe usar ese recurso y comienzan a tomarse
colegios porque sí, la medida pierde fuerza y el movimiento estudiantil
pierde credibilidad. Se le dan excusas a TN y a C5N para que digan: ‘son
todos unos vagos y no quieren estudiar’. Las tomas hay que usarlas,
pero bien”.
Macarena
Kunkel, secretaria de prensa del Centro de Estudiantes del Nacional
Buenos Aires, coincide en la línea de Ugo: “explica por qué creen que la
toma de colegios durante junio de este año fue desacertada
estratégicamente: “En vez de debilitar a Mauricio Macri, las tomas lo
fortalecen. En este contexto, con un gran aparato de difusión y los
medios hegemónicos que responden a los grupos concentrados de la
economía de su lado, Macri viene instalando una demonización de las
tomas a partir de explicar que ‘son solo electorales, no tienen
problemas reales’. Particularmente, tomando el colegio solo nos
encerramos creando una falsa ilusión de estar cambiando algo. Eso se
consigue saliendo a la calle, hablando con los vecinos, que son quienes
en las elecciones tienen el poder con su voto. Nosotros entendemos que
otras medidas, incluso más efectivas para la sociedad, eran posibles: un
escrache público a la legislatura, salir a volantear por Plaza de Mayo,
por Florida”.
Lola Urquiaga, del Normal 1 y miembro
del Partido de los Trabajadores Socialistas, explica por qué cree que
tomar los colegios sí fue una buena medida para ir contra Macri: “El año
pasado, cuando tomamos los colegios, logramos concientizar y que la
gente se pusiera del lado de la educación pública. Este año, nadie
hablaba de eso. La CUES lo logró imponer en la agenda, por eso estuvo
bien tomar las escuelas. Desde el Estudiantazo, la gente sabe cómo están
las escuelas públicas”. Mlotek agrega: “Las agrupaciones K (Encuentro
por la Democracia y la Equidad, La Jauretche y La Cámpora), por el
contrario, han demostrado su carácter anti-tomas y anti-lucha tanto en
2010 como en 2011, cuando militaron para levantar las tomas y evitar que
se desarrollaran. Los militantes piqueteros del movimiento secundario
tenemos la tarea de defender la independencia del movimiento estudiantil
y derrotar el intento del kirchnerismo de cerrar el proceso abierto por
el Argentinazo”.
Urquiaga nos cuenta ahora por qué cree
que es importante militar en un partido político: “Cuando pasó lo de
Kraft, me di cuenta que era importante nuclear todas las luchas. El
trabajador que se queda sin laburo y yo, que estudio en una escuela
pública desfinanciada, tenemos el mismo enemigo. Así como defiendo la
participación de pibes que quieren que el centro organice torneos de
fútbol y proyecciones de películas, defiendo a los que quieren hacer
política y organizarse a conciencia de lo que quieran construir. Desde
la juventud del PTS, impulsamos escenarios y debates para politizar,
para darnos cuenta que matan un pibe cada 28 horas, que hay trabajo
precario, que se mueren 500 mujeres al año por abortos clandestinos, Es
importante discutirlo en los colegios porque con la información se hacen
las mentes críticas”.
Leandro Ugo empezó a militar para luchar
por sus ideas e intentar cambiar lo que no le gustaba. Eligió la
izquierda independiente porque “por un lado, veía las contradicciones
enormes del gobierno kirchnerista y, por otro, veía la falta de una
estrategia política por parte de la izquierda”. Buscó un espacio “donde
no todo sea salir a decir que el capitalismo es una mierda, sino donde a
través de la militancia cotidiana uno se gane el respeto y la confianza
de la gente del barrio, y a partir de ahí empiece a construir”.Para
Macarena Kunkel, secretaria de prensa del Centro de Estudiantes del
Nacional de Buenos Aires, pero militante del kirchnerismo, la militancia
reverdeció después de la muerte de Kirchner: “Ese fue, sin duda, el
principal hecho movilizador que abrió los ojos, e hizo que explotara en
un sector importante de la juventud la necesidad de formar parte, de
expresarse políticamente y de militar de forma más activa a favor de
este proyecto de país”. Ugo, la desdice: “Se dice que a partir del
conflicto del campo y la ley de medios hubo una mayor politización de la
juventud, pero creo que esta politización tuvo que ver mucho con una
estrategia del gobierno para ganar el apoyo que había perdido en las
elecciones del 2009. Sin esa estrategia no hubiese llegado a tener el
apoyo que tiene hoy”.
Pero a Kunkel la desalienta la forma en
la que se dividió la CUES: “Por un lado, veo que es un espacio que supo
el año pasado organizar el Estudiantazo que consiguió 40 colegios
tomados en el marco de una movilización importantísima contra la
política educativa macrista. Por otro, veo que era insostenible el
funcionamiento de un espacio productivo que tuviera tantas diferencias
no solo ideológicas sino también en lo organizativo y en las formas que
cada uno creía mejores. La formación de la FES y su funcionamiento, será
bueno siempre y cuando no se comentan ahí los mismos errores que en la
CUES, de manejo por peleas de aparatos, en vez de basarse en mandatos de
base de cada colegio”. Cabe aclarar, sin embargo, que tanto la CUES
como la FES adhirieron en este tiempo a varias actividades una de la
otra, cruzándose tras un mismo objetivo.
Digo, son bastante boludos en publicar una nota así, siendo que las fuentes son tan poco confiables como para poner que Matías es el "presidente de la cues" .
ResponderEliminarmira, si este medio pone que mati es el presidente de la cues es porq mati es el unico que se planta frente a todos los partidos patronales, el estado y los medio de comunicacion reivindicando al movimiento secundario y explicando su historia y su programa... aguante mati loco!!
ResponderEliminar